Me da gusto saber que uno de mis amigos de la infancia y preparatoria ha comenzado un blog solo por el simple hecho de el gusto por escribir. Siento decirte Rafa que, y estoy seguro que te causará un pesar muy grande, me he puesto entre tus seguidores. A Rafa lo conocí hace unos 33 años en el Othón y, aunque la vida nos ha mantenido separados después de terminada la carrera, seguimos siendo amigos (o eso creo yo). Aventuras tuvimos muchas, sobre todo en preparatoria como aquella ocasión que nos fuimos de campamento al glorioso Aguacatal con Angel, Renán, Patas, el Güero, Germán, el Parchís y no recuerdo si alguien mas.. han de disculpar que la memoria se empieza a empolvar un 'poco' con los años!.
La excursión comenzó después de clases de un viernes y terminó un domingo ya anocheciendo todos cansados, golpeados, molidos y uno que otro con necesidad en las partes traseras del atormentado cuerpo. La realidad no recuerdo de quién fue la idea, o en dónde la cocinamos pero lo que sí sé con seguridad es que mi compadre Galindo Vilchis nos entusiasmó a todos para ir a ese lugar que conocía tan bien: cascadas, ríos, peligros, etc. ¿Acaso no es verdad que un grupo de adolescentes, críos, pubertos u lo que sea iban a decir que no a semejante aventura?. Todos sin excepción hicimos gala de nuestras habilidades (todo fueron palabras obvio), para que los demás te consideraran aptos para semejante aventura.
Durante los preparativos cada quien dio a conocer qué pensaba sobre lo que había que llevar:
1. Ricardo alias el Parchís: unas latas de atún.
2. Germán: No tengo ni idea y mostraba su sonrisa enorme de me da igual.
3. Angel y una servilleta (o sea yo): Comida que se pueda preparar allá, no huevos, ni pan bimbo y alguna otra menudencia.
4. Rafa: Yo llevo los bolillos (o sea qué parte no entendió de no sobrecargar la caminata???)
5. El Güero: Me da igual todo .. yo soy Rambo.
6. Renán y Roberto: Ustedes decidan no tenemos idea de lo que está pasando.
Alrededor de las 4 ó 5 pm del viernes salimos en un Vencedor (si quiere Ud. ver al creador viaje por Vencedor) hacia Sta. Catarina. Después de un viaje donde la alegría, los ánimos y nuestras grandes dotes de exploradores al puro estilo de Amundsen llegamos por fin al florido y bello pueblo de Sta. Catarina por el cual pasa un caudaloso río que yo pienso se secó en la era Mesozoica. No nos dejamos desanimar con las numerosas cactáceas, espinas y aridez del terreno. Nuestro gran líder y guía Angel G. Vilchis dio la señal de salida y comenzamos la caminata: eran las 5 ó 6 pm. La primera gran señal que teníamos que encontrar era un árbol que él había visto 4 ó 5 años antes y que era fácil de reconocer, claramente todos confiábamos en nuestro maestro explorador sin que se nos ocurriera que el lugar podía cambiar en tantos años y que en su momento mi compadre era un chilpayate de 10 años. En teoría la caminata no debía de pasar de 2 horas pero para las 8 pm no encontrábamos el dichoso árbol, la moral empezaba a decaer, nuestro líder fungía todavía pero su vida pendía de un hilo, algunas palabras floridas salieron a flote, y para colmo de males la noche caía. Cuando el Ing. Galindo estaba a punto de perder, no solo su prestigio, sino también su integridad física, se oye un grito de alegría: ¡ESTE ES EL ARBOL!. Los gritos de pendencia callaron, las piedras se quedaron quietas en nuestras manos, el puntapié se quedó congelado en el aire: un rayo de alegría asomó en todos los corazones -eran las 9 pm-.
Una vez mas la caminata tomó lugar y con bríos renovados. Alrededor de las 10:30 pm seguíamos perdidos, cansados y desmoralizado. La conversación era mas o menos en este tono:
- Quedémonos aquí. Hay lugar suficiente.
- No, no, aquí no sigamos un poco mas.
- ¡Ya cállense! confiemos en Vilchis!
- ¡Que el Vilchis no tiene ni idea!
- Yo no sé por qué vine...
- Y Rafa con sus 80 bolillos en la espalda- pero qué bestia ¿cómo se le ocurre?
Para no hacer el cuento mas largo alrededor de las 11 pm encontramos el dichoso río,pero como ya comprenderán, revivimos de nuevo al encontrarlo. Después de 5 ó 6 horas dimos con el lugar. Bendito compadre.
La historia apenas comienza y es posible que la continúe en otra ocasión pero quisiera terminar diciendo que esa noche los 80 bolillos de Rafa se acabaron. Después de todo, los bestias fuimos nosotros.
Les dejo el link de su blog por si alguno tiene curiosidad de saber quién es!!.
http://diceres.blogspot.com/
1 comentario:
¡Me lleva! Ni me acordaba y me lo ganaste. Genial. Lo de los bolillos fue idea de mi papá, es más, ni sabía que los iba a llevar a la salida del colegio… pero nos los tragamos, sobretodo porque el pan Bimbo llegó hacho pedazos y aplastado. Te falta decir que ALLÍ, yo, cociné un pastel en un horno que YO hice.
Genial recuerdo.
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