lunes

La Batalla de Cannae 216 a.C.


Dentro de la historia de la humanidad han existido, y existirán, personas que han trascendido a su época en diferentes ámbitos, ya sea por sus obras o por sus hechos. He tenido la oportunidad de leer, además de investigar, sobre la vida de dos personajes que me parecen súmamente interesantes. Del siglo III a.C, grandes generales, protagonistas de una guerra que se extendió por dieciséis años entre romanos y cartagineses, y sobre todo antagonistas entre ellos. Aníbal Barca, general cartaginés, nace en el año 247 a.C. en Cartago al norte de Túnez y fallece en el 183 a.C. en Bitinia. Publio Cornelio Escipión, conocido como el Africano, vino al mundo en el 236 a.C. y al parecer muere en Campania el mismo año que Aníbal. El general cartaginés es reconocido como uno de los grandes estrategas militares que han existido, puso en jaque a Roma durante los dieciséis años que duró la segunda guerra púnica y durante todo ese periodo no fue vencido por ningún general romano hasta la batalla de Zama en Africa por  el procónsul Publio Escipión.

No quiero ahondar en las biografías de estos dos generales sino mas bien hablar sobre dos batallas históricas: Cannae y Zama. En esta publicación solo me referiré a la primera que se desarrolló al sudeste de Roma. Antes de pasar a la soporífera explicación de la batalla me gustaría aclarar primero algunas cuestiones de la organización militar de ambos ejércitos.

En la época que nos atañe, el ejército romano estaba formado por legiones y por cada dos legiones había un cónsul que las gobernaba por un año. Cada legión estaba conformada por 5,000 soldados de infantería pesada y 300 jinetes de caballería. De acuerdo a la experiencia de cada soldado se distribuían de la siguiente forma:



Vélites: Infantería ligera de apoyo a las fuerzas regulares de la legión. Iban armados con espada y un escudo redondo más pequeño que el del resto de los legionarios. Solían entrar en combate en primer lugar. Sustituyeron a un cuerpo anterior de funciones similares denominado leves. Esta sustitución tuvo lugar en torno al 211 a.C.

Infantería pesada: 

a) Hastati (astados): Primera línea de las legiones. Iban armados por dos pilum (pila) o lanzas además de una espada con un escudo rectangular llamada parma. Iban cubiertos con una coraza, espinilleras y yelmo, normalmente de bronce.

b) Princeps (príncipes): Estos eran los legionarios que entraban en segundo lugar, después de los hastati, con un armamento simillar al de los hastatis pero destacando como arma principal el pilum.

c) Triarii (triarios): Es el cuerpo de legionarios mas experto de la unidad militar. Entraban en combate en último lugar, reemplazando a la infantería ligera y a los hastati y príncipes. Iban armados con un escudo rectangular, espada y, en lugar de lanzas cortas, con una pica alargada con la que embestían al enemigo.



El ejército de Cartago, a diferencia del ejército romano estaba conformado de la siguiente forma:

a) Infantería ligera y pesada.
b) Artillería
c) Hostigadores
d) Caballería ligera y pesada.
c) Elefantes de guerra








Soldado romano a la izquierda y cartaginés a la derecha.











La batalla de Cannae (Cane o Cannas), es famosa por la genialidad estratégica de Aníbal ante un ejército romano superior en número y para Roma la batalla mas desastrosa de su historia. Las legiones consulares, comandadas por Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo (padre de Emilia Paula que sería esposa de Publio Cornelio el Africano), estaban formadas por ocho legiones, además de dos campamentos fortificados, un total de caballería romana y aliada de 6,400 jinetes, es decir, formaban un total de 86,400 hombres. Por el contrario, el ejército de Cartago sumaban 54,000 en total compuestos de la siguente manera: 40,000 hombres de infantería pesada, 6,000 de ligera y 8,000 de caballería. La milicia de Anibal, además de ser inferior a la de Roma, estaba formada por una amalgama de pueblos como los iberos, galos y libios. Hay que añadir que los elefantes, que tanto miedo causaban entre las filas enemigas debido a su capacidad combativa, no estaban presentes en esta batalla ya que habían muerto en la gran travesía del ejército desde Hispania pasando por los Alpes.

La batalla.


La forma de disponer Varrón de sus tropas fue la convencional: caballería romana y aliada en los flancos y el grueso de sus tropas en el centro. Los manípulos (unidad militar)  no gozaron de flexibilidad ya que la distancia entre ellos era muy corta, es decir, eran demasiado rígidas y poco flexibles. Aníbal, por otro lado, tiene la misma longitud que los  romanos en el despliegue pero, por el contrario, sus líneas son mucho mas flexibles que la de los romanos. Sus caballerías las pone en los flancos, por un lado están las iberas y galas y por el otro los númidas. En el centro pone, en forma de arco, sus infanterías iberas y galas rodeadas por las libias. Al parecer esta infantería la coloca en el centro porque había la posibilidad de una rebelión ibérica. Pero sea cual sea la razón, la infantería cartaginesa tenía que aguantar el primer impacto de las legiones romanas y así lo hizo. La caballería de Aníbal era superior a la de Roma y pronto el flanco izquierdo, es decir, la caballería ibérica y gala vencieron a la romana yendo a ayudar a la númida.


La infantería de Aníbal, al tener mas flexibilidad, comienza hacer un movimiento envolvente a las legiones romanas y las dos caballerías cartaginesas combaten a la romana haciéndola huir de la batalla. Los romanos no se dieron cuenta de la genial estrategia que estaba desarrollando el general de Cartago. Varrón siempre supuso que por ser mayoría no había ninguna duda sobre su victoria contra el enemigo. Craso error al considerar a Aníbal inferior a él. Con los movimientos que se desarrollaron, tanto de caballería como de infantería, entramos a la última parte de la batalla.



Al quedar eliminados los flancos de los romanos, los cartagineses envolvieron a los itálicos sin que ellos se dieran cuenta de lo que pasaba debido a la gran cantidad de polvo que se había generado. A partir de ahí, solo era cuestión de horas para terminar de aplastar a las legiones romanas cosa que sucedió con la aniquilación de 6 de las 8 legiones romanas. Las dos restantes lograron huir con la deshonra que eso implicaba ante el pueblo de Roma. La contabilidad final, de acuerdo a Poliblio, habla de 70,000 romanos muertos y 10,000 hechos prisioneros. Escipión pelea en esta batalla siendo aun muy joven logrando huir del campo de batalla.

Roma recibe estas noticias como un balde de agua fría, 8 legiones deshechas por esta general, y su reacción fue buscar un culpable de este desastre militar, el mayor que tuvo Roma en toda su historia. El senado pensó que los dioses estaban contra ellos y manda enterrar vivos a varios esclavos de diversas nacionalidades para congraciarse con ellos.

La batalla de Zama la publicaré después explicando como es derrotado este gran general, por un no menos genio militar, Publio Cornelio Escipión dando por terminada la segunda guerra Púnica.






1 comentario:

Doha Horner dijo...

"Que tu defensa sea como el agua, la cual no demuestra forma." El arte de la guerra, Sun Tzu.