Es muy probable que mis pocos lectores lleguen a pensar que mi insistencia en este tema es demasiada o, en el peor de los casos, que tengo una cruzada con la cual cumplir. Ni lo uno ni lo otro, pero creo que en el estado actual de las cosas, necesitamos un cambio de pensamiento, de actuación, de cultura. Las personas estamos perdiendo a pasos agigantados la capacidad de admiración y de entendimiento. La gente cree que viendo un programa de Discovery Channel o porque han leído un libro en su vida ya han adquirido una cúmulo de conocimientos que bastarían para los siguientes 15 años. Es común que las personas que evitan los libros como si fueran roña contagiosa te den razones para disculpar la ignorancia de la que adolecen. "No tengo tiempo", "me duermo al leer dos líneas", "¿para qué leer? eso no sirve de nada", "no me acostumbraron de niño", "¡Noo, qué flojera!", "prefiero estar en facebook que perder el tiempo leyendo", "ya salió la película", "solo las caricaturas del periódico dominical" y otras razones tan válidas como las que acabo de mencionar.
Cuando el hombre conoce aprende conceptos que le permiten pasar de una idea a otra, por ejemplo:
"Este perro es blanco, grande y fuerte"
Esta frase que es muy sencilla contiene seis conceptos:
1) El concepto de individualidad al decir "este"
2) El concepto de distinción de un ser al decir perro.
3) El verbo ser.. de que algo es algo.
4) El blanco supone que tenemos el concepto de color y de un color en específico
5) La palabra "grande" que nos indica la dimensión.
6) Por último la palabra "fuerte" que nos dice la capacidad física del animal
Al conocer y entender cada una de estas ideas nos formamos una imagen en la cabeza de lo que nos están hablando y al mismo tiempo nuestra inteligencia asiente en señal de comprensión. Ahora bien, supongamos el caso que en esta frase no conocemos, y por tanto no entendemos, un par de conceptos, la inteligencia brinca y se da cuenta que se le escapa a su comprensión la idea completa, por tanto, la claridad con la que tendríamos que haber entendido queda obnubilada por nuestra ignorancia. Para afianzar mas estas ideas pongo unos versos del Cantar del Mío CId en castellano antiguo:
Mio Cid Ruy Diaz por Burgos entrava,
en su compaña pendones levava,
exien lo ver mugieres y varones,
burgueses e burguesas por las finiestras son,
plorando de los ojos tanto avien el dolor,
De las sus bocas todos dizian una razon:
Dios que buen vassalo! ¡si oviesse buen señor!.
Al leer estos versos seguramente algunas palabras se nos escapan y no comprendemos en su totalidad lo que el autor anónimo nos quiere decir, en cambio, si lo leemos en castellano moderno se nos aclaran las ideas y exclamaremos con un sonora ¡ah!.
Mio Cid Ruy Díaz en Burgos entró
Con sesenta abanderados,
a los que a ver salían mujeres y varones;
Asomados por las ventanas burgalese y burgalesas vio
Llorando de los ojos, ¡tan grande era su dolor!
Por su boca todos decían una razón:
¡Dios que buen vasallo!¡Ojalá encuentre intercesor!
La ignorancia la podemos definir como la ausencia de conocimientos, por lo que, una persona que adolece de ideas le será imposible expresar o entender la realidad, ¿hacer juicios? imposible. La ignorancia no solo nos oscurece el entendimiento sino también nos hace menos libres. Nos ata las manos para ejercer nuestra libertad ¿cómo escoger entre dos o varios bienes si no los conozco?. La libertad supone la elección de algo pero si no conozco ¿cómo entonces poder deliberar entre dos o mas cosas?. El objeto elegido siempre es un bien pero esto no significa que siempre elijamos bien. Nuestra vida esta plagada de decisiones y siempre queremos elegir bien pero ¿acaso cuando no sabemos algo para poder elegir no le preguntamos a alguien cuál sería una mejor opción?. Pongo el caso muy sencillo de la compra de un coche. Primeramente, tengo un presupuesto que tengo reservado para su compra así que mi primera pregunta será ¿qué automóviles están dentro de mi rango de adquisición?. Si no conozco la respuesta a esta pregunta no sabré entre cuáles autos podré comprar, por lo tanto, no puedo elegir. Cuando me entere cuál es mi universo el siguiente paso es saber cuál me conviene mas, para eso, necesito saber sus especificaciones, colores, potencias, etc y de esa forma elegir de forma libre el auto que yo quiero. Aquí acabo de meter un tercer elemento: mi voluntad. Para poder entonces ejercer mi libertad necesito elegir un bien usando mi inteligencia y voluntad. Elijo cuando conozco y quiero aquel bien.
La lectura no es que me vaya a hacer en un instante una persona culta pero, lo que sí hace de forma inmediata, es incrementar mi vocabulario, es decir, la cantidad de conceptos que poseo. En consecuencia, mientras mas cosas conozca mas capacidad de decisión tengo y por tanto mi libertad aumenta. Por otro lado, aumenta mi capacidad de admiración ante las realidades conocidas, dicho en otras palabras, toda mi ser vibraría ante un hecho que entiendo y comprendo. Para explicar mejor esta afirmación me remito a una experiencia personal. Hace años, cuando todavía no caía el muro de Berlín, a mí me gustaba leer sobre las historias de aquellos países que estaban bajo el dominio del comunismo. Me intrigaba sobremanera porque nos estaba vedado. Libros como "Archipiélago Gulag" me indignaban de tal forma que toda mi persona se rebelaba ante tales injusticias. Años después de la caída del muro, tuve la oportunidad de ver un video contando la historia de un gendarme de la Alemania Oriental contando sus vivencias a horas antes de la apertura de la puerta. Me emocionó tanto ver aquellas escenas que, lo admito aquí sin ningún reparo, que las lágrimas me rodaron por las mejillas. Seguro que si han llegado a estas líneas mas de uno dirá "bájale no es para tanto" pero esas lágrimas me rodaron porque conocía de alguna forma la situación de millones de personas que sufrieron el látigo de aquel sistema político.
Por último quiero agregar que tampoco se trata de leer por leer sino saber leer. Los clásicos universales nos ofrecen una gran variedad de lecturas que nos abren un universo único que valen la pena leer. Aconsejo también no detenerse en libros de fantasía, que son buenos y en lo personal me gustan mucho, pero también leer libros históricos, poemas, biografías, etc.
Period.
Asomados por las ventanas burgalese y burgalesas vio
Llorando de los ojos, ¡tan grande era su dolor!
Por su boca todos decían una razón:
¡Dios que buen vasallo!¡Ojalá encuentre intercesor!
La ignorancia la podemos definir como la ausencia de conocimientos, por lo que, una persona que adolece de ideas le será imposible expresar o entender la realidad, ¿hacer juicios? imposible. La ignorancia no solo nos oscurece el entendimiento sino también nos hace menos libres. Nos ata las manos para ejercer nuestra libertad ¿cómo escoger entre dos o varios bienes si no los conozco?. La libertad supone la elección de algo pero si no conozco ¿cómo entonces poder deliberar entre dos o mas cosas?. El objeto elegido siempre es un bien pero esto no significa que siempre elijamos bien. Nuestra vida esta plagada de decisiones y siempre queremos elegir bien pero ¿acaso cuando no sabemos algo para poder elegir no le preguntamos a alguien cuál sería una mejor opción?. Pongo el caso muy sencillo de la compra de un coche. Primeramente, tengo un presupuesto que tengo reservado para su compra así que mi primera pregunta será ¿qué automóviles están dentro de mi rango de adquisición?. Si no conozco la respuesta a esta pregunta no sabré entre cuáles autos podré comprar, por lo tanto, no puedo elegir. Cuando me entere cuál es mi universo el siguiente paso es saber cuál me conviene mas, para eso, necesito saber sus especificaciones, colores, potencias, etc y de esa forma elegir de forma libre el auto que yo quiero. Aquí acabo de meter un tercer elemento: mi voluntad. Para poder entonces ejercer mi libertad necesito elegir un bien usando mi inteligencia y voluntad. Elijo cuando conozco y quiero aquel bien.
La lectura no es que me vaya a hacer en un instante una persona culta pero, lo que sí hace de forma inmediata, es incrementar mi vocabulario, es decir, la cantidad de conceptos que poseo. En consecuencia, mientras mas cosas conozca mas capacidad de decisión tengo y por tanto mi libertad aumenta. Por otro lado, aumenta mi capacidad de admiración ante las realidades conocidas, dicho en otras palabras, toda mi ser vibraría ante un hecho que entiendo y comprendo. Para explicar mejor esta afirmación me remito a una experiencia personal. Hace años, cuando todavía no caía el muro de Berlín, a mí me gustaba leer sobre las historias de aquellos países que estaban bajo el dominio del comunismo. Me intrigaba sobremanera porque nos estaba vedado. Libros como "Archipiélago Gulag" me indignaban de tal forma que toda mi persona se rebelaba ante tales injusticias. Años después de la caída del muro, tuve la oportunidad de ver un video contando la historia de un gendarme de la Alemania Oriental contando sus vivencias a horas antes de la apertura de la puerta. Me emocionó tanto ver aquellas escenas que, lo admito aquí sin ningún reparo, que las lágrimas me rodaron por las mejillas. Seguro que si han llegado a estas líneas mas de uno dirá "bájale no es para tanto" pero esas lágrimas me rodaron porque conocía de alguna forma la situación de millones de personas que sufrieron el látigo de aquel sistema político.
Por último quiero agregar que tampoco se trata de leer por leer sino saber leer. Los clásicos universales nos ofrecen una gran variedad de lecturas que nos abren un universo único que valen la pena leer. Aconsejo también no detenerse en libros de fantasía, que son buenos y en lo personal me gustan mucho, pero también leer libros históricos, poemas, biografías, etc.
Period.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario