viernes

Una Simple Historia Cap. II

La noche era oscura y tormentosa, el aullido del viento era como un rugido de ultratumba que estrujaba y comprimía de miedo el corazón de todo ser viviente, el frío que se dejaba sentir en el ambiente era imposible en aquel verano pero ahí estaba, cruel,  quitando sin ningún miramiento la felicidad que pudiera existir en el alma.

Las casas del pueblo estaban cerradas y solo se podía divisar las luces de la chimeneas ardiendo con sus miembros reunidos alrededor de ellas. En la casa del principal del pueblo se hallaban en triste cónclave los padres de los tres chicos que esa tarde habían salido felices a una excursión en la montaña. Los tres muchachos no rebasaban la edad de los 18 años y se consideraban dentro de los mas robustos y valientes del pueblo. Esa mañana, no había ningún signo que hiciese pensar que aquella tarde sería la peor de todas desde que se fundó el pueblo 200 años antes por lo que, los tres amigos partieron felices con sus mochilas cargadas de comida y líquido suficiente para la larga caminata. Al caer la tarde los padres se reunieron en la casa de la familia de Rodrigo para esperar la llegada de ellos y estrechar los lazos de amistad que ya habían fraguado entre los hijos. A las cinco de la tarde un frío intenso se dejó sentir ante la extrañeza de todo los reunidos:

- Qué extraño- comentó Mauricio padre de Rodrigo- ¿frío en esta época del año?. Hace unos momentos el termómetro exterior marcaba 30 grados.

- ¡Asómense a la ventana!- exclamaba Titi madre de Roberto- ¡vean el cielo! ¡y vean la hora!

En efecto, una gran oscuridad acompañada de truenos y relámpagos que iluminaban las montañas, hacían temblar las casas desde sus cimientos que encogían los corazones de los presentes.

- ¡Mauricio! !nuestro hijo! ¡nuestros hijos!- mirando alrededor a los presentes- ¡están en las montañas! ¿qué hacemos?

- ¡Prepararnos para ir por ellos!- respondió Rafael padre de Martín.

-¿Estás loco Rafael? ¡Mira la tormenta que está cayendo y los ríos que se están formando en las calles, sería una misión suicida!. !Tenemos que esperar nos guste o no!. Y miren esa oscuridad, es las mas densa que he visto en mi vida, no sería posible avanzar mas de dos pasos sin que nos perdamos - Respondió con gran sentido común Angel padre de Roberto.

-¡Pero van a morir allá arriba!- dijo con desesperación María esposa de Roberto.

- Así es mujer pero no podemos hacer otra cosa mas que esperar. ¿Quién del pueblo se unirá a nosotros en  la búsqueda con este tiempo?

-------------------------------------------------o------------------------------------------------------

Era mediodía y los tres amigos, se encontraban alrededor de una fogata asando la comida que llevaban. Hablaban animadamente sobre las antiguas leyendas que habían escuchado sobre el lugar y Martín contaba sobre una bastante antigua que su abuelo le había contado hacía ya muchos años.

- Recuerdo que mi abuelo nos reunía a todos alrededor de él para contarnos la historia de un antiguo ser que existió en estas montañas casi desde la fundación del pueblo. Nadie sabía de su existencia en ese entonces y como a los primeros pobladores les gustó el lugar se establecieron en el valle.

- Espera- interrumpió Roberto- ¿es leyenda o es una historia real?

- De acuerdo a mi abuelo es una historia real pero todos creemos que es una leyenda sin fundamento. Ustedes me dirán lo que crean cuando escuchen el final del cuento. Cuenta la leyenda que después que se establecieron los primeros habitantes empezaron a suceder cosas muy extrañas, los animales desaparecían y los encontraban después muertos sin ninguna herida.

- Algún veneno supongo- adelantó Rodrigo.

- Escucha lo siguiente y verás lo extraño del caso. Después de la desaparición de los animales, uno cada quince días era el promedio, comenzaron la de los habitantes. Primero la hija del jefe, una joven de 15 ó 16 años. La encontraron al borde de la cascada del sur y sin señas de violencia. Después vinieron otros jóvenes y viejos. Durante días buscaron una solución a lo que estaba sucediendo pero era como buscar una aguja en un pajar sin ninguna pista a seguir. Como era de esperar, la gente comenzó a tener miedo a salir de sus casas ya fuera de noche o de día y los campos apenas los trabajaban.

Roberto y Rodrigo miraban expectantes a Martín. Los sucesos que escuchaban los llenaron de temor pensando que eso había pasado en su pueblo.

- ¿Y en todos los cuerpos lo mismo? ¿ningún rastro? ¿nada? estoy seguro que fue veneno - comentó Rodrigo.

- Al encontrar los cuerpos de las personas y realizarles las autopsias no encontraron veneno - calló por unos instantes y con ojos perdidos en el horizonte continuó- no encontraron sus corazones.

Los dos amigos se miraron fríos, sin saber qué decir. Roberto pasando saliva se atrevió a preguntar:

- ¿Si...si.. sin co..co.. razones?

- Sí y sin ninguna señal de cirujía

- Pero.. pero... ¿qué fue lo que pasó? - preguntó Rodrigo

- Nadie sabe a ciencia cierta pero un día, sería en invierno, un extranjero vino al pueblo y se encerró con el jefe en su casa. Al cabo de pocas horas llamaron a unos cuantos hombres, uno de mis antepasados se encontraba en el grupo, y se vinieron a las montañas. Pasaron dos días sin saber de ellos pero al comienzo del tercero se escuchó un grito penetrante que llenó todo el valle. Todo el mundo se escondió en sus casas o donde pudiera esperando de esa forma acallar aquel grito de rabia y espanto al mismo tiempo. Al atardecer regresaron solo tres hombres, mi antepasado, el jefe y el extranjero. Según tengo entendido encerraron una especie de monstruo en una de las cuevas no muy lejana de esta pero nadie sabe en realidad si es verdad o es una mera leyenda.

- ¿Sabes donde se encuentra esa cueva Martín? - preguntó Roberto

- Sí. Mi abuelo dice que es la que está al lado de la cascada mayor pero nunca he ido.

- ¡Vamos!- exclamaron los otros dos chicos con entusiasmo.

La cara de los chicos se encontraban llenas de entusiasmo ante la idea de explorar la cueva maldita. Partieron al instante y después de dos horas de caminata llegaron a la puerta de la cueva. De ella se desprendía un frío gélido, inhumano pero con el arrojo que otorga la juventud se metieron de lleno a la aventura. La oscuridad era profunda y la humedad que se desprendía del ambiente daba una sensación de vacío interior.  Llevaban unas linternas de mano que les ayudaron a romper la oscuridad. Sus pasos eran reproducidos por el eco interior y sus corazones comenzaron a latir con fuerza por la excitación y al mismo tiempo por el miedo a encontrar algo que les comunicara la verdad de la historia.

Llegaron al extremo de la cueva y descubrieron un círculo que en su interior contenía un triángulo. Los chicos se miraron y con un gesto de asentimiento se pararon en cada vértice de él, de pronto el círculo se iluminó y el ruido de una piedra rodando se dejó escuchar. Un frío mas intenso y una gran sensación de  maldad inundó el lugar. Un rugido inhumano y sobrenatural salió del interior de la cueva. Eran las 5 pm de la tarde.

Continuará.....

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno sige. hasta c m puso la pielchinita

r.a.m. dijo...

Arturo, ¿cuando le sigues?

Tere dijo...

hola Arturo, mi hijo 10 años y yo, lo empezamos a leer y nos gustó... esperamos el cap III por favor... no cabe duda que somos masoquistas... pero queremos saber qué pasó en esa cueva...Tere F